De 'Santa' a 'Roma': Martorell honra al cine mexicano con un altar
Para la celebración de Día de muertos de este año, la Universidad del Claustro de Sor Juana decidió tener un altar de autor, para lo que invitaron al reconocido artista puertorriqueño, Antonio Martorell.
Martorell es un creador multidisciplinario y multifacético: artista visual, teatrero, literato y cronista. Emplea distintas técnicas artísticas: serigrafías, grabados en madera, intaglios, dibujos al carbón y pinturas al óleo, libros, afiches, retratos y objetos tridimensionales, así como instalaciones y ambientaciones.
De sus 80 años, más de 50 los ha dedicado al arte y actualmente es un artista residente de la Universidad de Puerto Rico en Cayey, además de ser el Museo Ramón Frade.
En esta ocasión su obra se titula “Ofrenda puertorriqueña al cine mexicano en blanco y negro: De Santa a Roma”, y está dedicada “a ese arte mexicano que nos enseñó a toda Latinoamérica a reír y llorar en blanco y negro”.
Consta de 16 dibujos elaborados con carbón y crayón que estarán dispuestos al centro del escenario del Divino Narciso. Estas ilustraciones estarán acompañadas de la proyección de un video en el que Martorell habla acerca de su relación con México y su cinematografía.
Para él, el cine mexicano siempre ha sido importante. Creció viéndolo en las salas de proyección de San Juan, en Puerto Rico y le sirvió como fuente de inspiración para sus obras.
“Quizás fue allí en la sala eternamente nocturna de los cines de barrio y en la duermevela posterior de mi dormitorio con las alucinantes sombras que danzaban en techo y paredes que surgió, todavía desconocida, mi vocación de dibujante y grabador, de encontrar en la gráfica los misterios del cine y su narrativa, la rica economía del blanco y negro”.
Las obras que inspiraron este altar son:
Santa (1932, donde actúan Donald Reed y Lupita Tovar)
El peñón de las ánimas (1943, María Félix y Jorge Negrete)
Cuando lloran los valientes (1947, Pedro Infante y Blanca Estela Pavón)
Músico, poeta y loco (1948, Germán Valdés Tin Tan y Meche Barba)
Casa de vecindad (1951, con Arturo Martínez, David Silva y Meche Barba)
Escuela de vagabundos (1954, Pedro Infante y Miroslava)
Me lo dijo Adela, necesito un marido (1955, Kiko Mendive y María Antonieta Pons)
Roma (2018), de Alfonso Cuarón.
Destaca que hay varios elementos memorables de estas películas que quizo rescatar en su homenaje: “los jarochos lamentos de Toña la negra, los tiroteos de Juan Orol, las lágrimas de Sara García, las metidas de pata de Joaquín Pardavé, las alucinaciones de Luis Buñuel, el argentino timbre de Libertad Lamarque, la hirsuta melena de Rosa Carmina, el embeleso de María Elena Márquez, el bamboleo de Tongolele, el juego de pie de Tin Tan y Resortes, la sonrisa triste de Andrea Palma, la cintura oscilatoria de María Antonieta Pons, la villanía de Carlos López Moctezuma, la vulnerable dignidad de los hermanos Soler, el esplendor deElsa Aguirre, los europeos acentos de Miroslava e Iracema, la cubanía avasalladora de Ninón Sevilla y tantas otras imágenes que aparecen y desaparecen en la memoria”.
“Para un puertorriqueño que se siente también mexicano, este cine es aprendizaje continuo en afirmación creadora, en transformar la herencia en futuro, sentirnos parte de la familia latinoamericana tanto en la vida como en la muerte”.
El trabajo de Martorell ha sido premiado por el Instituto Americano de Artes Gráficas, la Bienal del Grabado Latinoamericano de San Juan y de Nueva York y por la Bienal Internacional de Frechen y Florencia.
Sus obras se encuentran en colecciones del Museo de Arte Moderno de Nueva York, Museo Metropolitano, Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, Biblioteca Luis Angel Arango en Colombia, Museo de Bellas Artes de Venezuela, Museo Nacional de Bellas Artes de Chile, Casa de las Américas de Cuba y Museo de Arte Moderno de México, entre otros.
Esta ofrenda se inauguró el 29 de octubre para la prensa y el 30 para el público. Estará disponible hasta el 13 de noviembre.