Después de participar en festivales como Toronto y San Sebastián, David Zonana presentó su ópera prima Mano de obra (2019) en el Festival Internacional de Cine de Morelia. Una película que retrata la dinámica social y laboral entre constructores y patrones. Zonana construye poco a poco una historia perversamente exquisita.

La película sigue a un grupo de albañiles de la Ciudad de México que trabajan en una lujosa casa. Después de la muerte de su hermano en un accidente, Francisco (interpretado por Luis Alberti) se entera que su cuñada no recibirá ninguna indemnización. A lo largo de la historia, las tensiones entre trabajadores y patrones crecen. Con una búsqueda de justicia que se extiende más allá de las condiciones de trabajo, sino a un plano social.

Ésta es la tercera vez que David Zonana participa en Morelia como director. Previamente lo hizo con sus cortometrajes Princesa (2014) y Sangre Alba (2016). En ellos se puede apreciar el estilo que más tarde implementaría en Mano de obra: tomas largas y estáticas; y un sentido ambiguo de moralidad. Zonana ha colaborado previamente con Michel Franco, quien produjo Mano de obra, en Las hijas de Abril (2017) y Chronic (2015).

Zonana logra presentar una reflexión sobre las diferencias sociales en México sin caer en los lugares comunes de la moralidad.

A través de una cámara que permanece expectante el director y la fotógrafa Carolina Costa proveen un punto de vista neutral sobre los personajes. La fotografía remite al estilo minimalista que caracteriza a La camarista (2018) de Lila Avilés.

Otra característica de Mano de obra son los diálogos naturales. Esto es logrado gracias a que gran parte del elenco no son actores profesionales, y tuvieron la oportunidad de improvisar algunas de sus líneas. La dinámica entre los personajes se desarrolla de manera fluida y auténtica.

La cinta está construida de tal manera que sumerge a la audiencia dentro de su universo. Esto es logrado en gran parte por un diseño y mezcla sonora envolvente, que además de generar los ambientes, es utilizada como una herramienta narrativa. Existe una gran atención a los detalles, desde los más mínimos, cada uno ayuda a apoyar la historia que se desarrolla.

En su totalidad, Mano de obra es un trabajo que atrapa y provoca una curiosidad para ver que sigue escena tras escena. Así, Zonana pinta un retrato cautivante y abierto de una dinámica social muy presente en México.