Irene Vallejo y el amor por la palabra en ‘El Infinito en un Junco’
La escritora española Irene Vallejo, presentó en México su más reciente publicación El infinito en un junco. El conversatorio sucedió en la sala Nezahualcóyotl, del Centro Cultural Universitario, entre las doctoras Rosa Beltrán y Elsa Margarita Ramírez y la escritora Socorro Venegas.
La obra de Irene rinde homenaje a los libros; el personaje central es el libro como un sobreviviente, una forma de inmortalidad a través del lenguaje, una posibilidad de trascendencia y una voz que comunica. Para Vallejo los libros son pequeñas hormiguitas en hilera, pero también son la suma de todos nosotros. Uno de los objetivos de su libro es separar la materialidad del libro (verlo solo como objeto) para tratarlo como si fuera una extensión de nosotros.
Durante el evento hubo una ronda de preguntas que el público envió a las redes sociales. Salió a la luz la reflexión sobre el papel de las mujeres en la literatura que generalmente son apartadas y brillan por su ausencia. De ahí surgió la inquietud de la autora por reescribir sobre su relación con los clásicos, diferente a la que le habían enseñado en las universidades. No deja de ser importante para ella retomar a Alejandro Magno con su biblioteca de Alejandría y a Homero, pero también le presta atención a recuperar la palabra de las mujeres escondidas, de las mujeres como tejedoras de historias.
El libro es un homenaje para la madre de Irene, para las mujeres de la oralidad (que nunca aprendieron a escribir), para las distintas lenguas (dimensiones del amor por la palabra), para las y los lectores y sobre todo para cada uno de nosotros. Llevamos inscrito en nuestro cuerpo nuestra historia (en las arrugas, las experiencias, la edad, los tatuajes) y el lenguaje de nuestro ser.
La última pregunta dirigida hacia Irene fue sobre la misión de las bibliotecas en el mundo. A lo que empezó por describir como un lugar de acogida, la dimensión social que intenta subsanar a todo tipo de personas que se encuentran en la periferia (emigrantes, personas sin hogar, etc). Incluso, un lugar que acoge eventos, conversatorios, sesiones de cuentacuentos. Y terminó por afirmar que más que la misión de la biblioteca, nuestra misión como sociedad debería consistir en extender el ejemplo bibliotecario a otros sitios (permitir esa apertura de acceso en todos los sitios), a fin de intentar mejorar nuestro entorno.
Finalmente, Irene agradeció al público por su presencia esa tarde, en especial por tratarse de mexicanos, los que acogieron a los exiliados de la República española. Citando sus propias palabras: “Un español viene siempre a México con una sensación de gratitud y un temblor, una sensación de peregrino sentimental, que de alguna manera vuelve a casa, a la casa más hogareña y hospitalaria”.
También lee: Otorgan Premio Internacional a la activista transgénero de Nepal, Bhumika Shrestha