'Honey boy': De niño roto a adulto destructor
La formación de un ser humano comienza desde el primer momento de vida, en ese primer respiro que viene de un llanto. Podría decirse así como lo dijo José Alfredo, que la vida se empieza llorando y así llorando se acaba.
En general, como dicen los budistas, (fuera de toda búsqueda de exacerbar la tragedia) “la vida es sufrimiento”
La figura paterna, desde donde se vea, es de suma importancia para la construcción de cualquier carácter humano, y Honey Boy se concentra en eso.
¿Qué sucede con un niño que creció y se desarrolló con un padre cuyo comportamiento no es para nada el de un padre sino más el de una especie de camarada violento?
Shia LaBeouf, escritor del guión de esta película, decide hacer catarsis, una especie de exorcismo emocional que, no cabe duda, tuvo efecto, pues la película está en el terreno de la pulcritud poética digna de los buenos filmes que sólo puede venir de una auténtica entrega honesta con lo que se siente y lo que se quiere decir.
Su mano derecha ha venido a ser la muy peculiar Alma Ha’rel, quien logra una armonía narrativa en todo el filme, entre poner determinadas cosas a cuadro que se repiten a lo largo de toda la película y viajes en el tiempo, a ir del presenta al pasado y del pasado a la imaginación de un joven acomplejado que vive el trauma de haber tenido un padre que era todo menos un padre para él. La película viene a ser una especie de Meta-película.
Shia LaBeouf interpreta a James Lort, quien era su padre, y Noha Jupe lo interpreta a él siendo un niño. Básicamente es él retomando todo lo que absorbió de su padre proyectandolo hacia una versión fílmica.
De LaBeouf se han dicho muchas cosas, y ha sido desde un meme hasta un personaje polémico. Con esta película quizá comiencen a considerarlo un buen actor pues su papel es en cierto modo inigualable, aunque no podemos dejar de lado que no hay mejor persona para interpretar a nuestros padres que nosotros mismos.
Al final de toda la ecuación en el mero centro de lo que somos llevamos esa cosa que ellos también llevaron toda la vida… Lo que hagamos con eso es entera responsabilidad nuestra así como también es responsabilidad inmediata no perderse esta franca película sobre el amor paterno pulcramente filmada y francamente bien escrita.