Reverencias y guitarrazos con The Jesus and Mary Chain
Fotos: Micho Garrido
Eran las 8:15 y afuera del Plaza la gente se empezó a congregar 45 minutos antes de la cita para ver a la banda legendaria de los ochenta tardíos: The Jesus and Mary Chain. La variedad de asistentes era notable: gente joven, punks, señores de 50 y personas que venían peinadas con el clásico corte de Jim Reid.
Ya eran las nueve por fin, la anticipación de la gente era evidente y el cupo de la sala de conciertos estaba a su tope. Pocas veces se ha visto tan lleno El Plaza. Las colas para las chelas era interminables e incluso, antes de que empezara el concierto, el olor a marihuana era notorio. Finalmente, lo que antes fue una sala de cine de pronto se lleno de sonidos distorsionados al son de “Amputation”, canción de su más reciente álbum Damage and Joy, que también abrió su show pasado en México durante la edición del Corona Capital 2018. Esta canción es sumamente enérgica en presentaciones en vivo y con un efecto mucho más intenso que la versión de estudio. Quizás la mejor manera de disfrutar Damage and Joy es en vivo, pues los efectos de los distorsionadores y el volumen que proveen frente a un público, es electrizante.
Sonaron clásicos de Darklands como “Cherry Came Too” y “April Skies”, pero sin duda lo que más destacó fueron las canciones nuevas de su último disco, ya que el público mexicano no había tenido la oportunidad de escuchar tantos cortes recientes. La gente brincaba y bailaba y era raro ver a gente sacando celular para grabar. Todos se dejaban llevar por el momento y la energía de los hermanos Reid junto con la batería.
El momento cumbre llegó cuando hubo un silencio y con un fade in empezó a escucharse la batería de “Just like Honey”, seguido de los fantásticos riffs iniciales de la canción: la catarsis y el coro se hicieron presentes. Durante el encore sonaron canciones como “In a Hole” y “War on Peace”. Fue un concierto amplio, lleno de sorpresas, pero también los clásicos suficientes para atraparnos. El Plaza tembló gracias a la energía ochentera y shoegaezera que no ha quedado en el pasado y que continúa reivindicándose gracias a actos como The Jesus And Mary Chain. Sin duda, a pesar de su larga trayectoria, siguen encendiendo al público, llevándolos a un estadío de energía y headbangs difíciles de contener.