Por Isabel Hernández Medel Hace cinco años, la Universidad Iberoamericana desterró los estereotipos sobre los estudiantes fresas descerebrados que creó un exalumno y que durante años se repitieron en un programa cómico de televisión.
El 11 de mayo de 2012 es ahora parte de la historia y estamos hablando de él porque marcó el regreso de los jóvenes a las calles para protestar contra un sector de políticos insensibles que siguen viendo a la ciudadanía como menor de edad, y sobre todo porque el grueso de la población se sorprendió de que esa protesta no surgiera de la UNAM, históricamente reconocida por defender las causas sociales, y sí de una universidad privada donde un importante número de su comunidad no tiene problemas económicos.
Esa mañana, los estudiantes de la Ibero, interesados en participar en el encuentro con el candidato presidencial PRI-PVEM, Enrique Peña Nieto, se formaron durante casi cuatro horas para ingresar al auditorio José Sánchez Villaseñor, donde se llevaría a cabo el encuentro; algunos llevaban pancartas, pero no se les permitió acceder con ellas. No todos pudieron entrar al recinto porque el candidato llevaba porra: sólo algunos eran de la comunidad, ellos entraron sin formarse y ocuparon los mejores lugares. Ese fue el inicio del malestar juvenil.
Cabe aclarar que Peña Nieto había cancelado en dos ocasiones su visita a la Ibero, así que cuando confirmó su asistencia se le solicitó una entrevista para Ibero 90.9 radio. Aceptó. Esa charla se llevaría a cabo antes de su encuentro con los estudiantes, sin embargo no se realizó en el momento pactado porque llegó con retraso después de dar una entrevista muy larga para otra estación de radio. Sin embargo, el equipo que coordinó su visita a la Ibero nos informó que daría esta entrevista al concluir el evento con estudiantes.
Dentro y fuera del recinto le gritaron, “¡Asesino!”, “¡Fuera!”, “¡La Ibero no te quiere!”, entre muchas cosas más.
El entonces candidato presidencial fue recibido en la Ibero por el ex Rector José Morales Orozco y otras autoridades universitarias, en el camino al auditorio fue encontrando manifestaciones de protesta y otras de apoyo, él sólo sonreía.
Inició el encuentro. Al interior del auditorio, la mitad de los espectadores gritaban para apagar los gritos de protesta que se escuchaban dentro y fuera del recinto cuando Peña Nieto tocaba temas sobre inseguridad y pobreza, o cuando no prestaba atención a los gritos de “Atenco”. Así pasó el tiempo, contestó lo que pudo y como pudo.
Terminó el evento. Él se estaba despidiendo de la mesa mientras los estudiantes seguían gritando “¡Atenco, Atenco!”. Esto llevó a Peña Nieto a tomar nuevamente el micrófono y responder la inquietud de los jóvenes: “Tomé la decisión de emplear la fuerza pública para mantener el orden y la paz…la acción fue en legítimo derecho de usar la fuerza pública para restablecer la paz y el orden…” Esta respuesta que buscaba calmar los ánimos provocó todo lo contrario, dentro y fuera del recinto le gritaron, “¡Asesino!”, “¡Fuera!”, “¡La Ibero no te quiere!”, entre muchas cosas más.
Los jóvenes esperaban que Peña Nieto saliera por la puerta principal del auditorio, ahí lo recibirían con pancartas, mantas y máscaras del expresidente Carlos Salinas de Gortari, sin embargo salió por la puerta de atrás.
Los jóvenes esperaban que Peña Nieto saliera por la puerta principal del auditorio, ahí lo recibirían con pancartas, mantas y máscaras del expresidente Carlos Salinas de Gortari, sin embargo salió por la puerta de atrás. Para entonces ya había solicitado un baño, se le ofreció uno cercano y lo rechazó. Pasó por la Rectoría, ahí le ofrecieron otro e hizo lo mismo.
Al ver que no salía, los jóvenes empezaron a dispersarse. Su equipo de seguridad lo bajó por las escaleras centrales de la Ibero para llevarlo a 90.9, sin embargo un grupo de estudiantes lo vio y avisó a los demás con un grito: “¡Allá va!”. La multitud corrió a repudiarlo. Él caminaba rápidamente, protegido por su equipo y el equipo de seguridad universitario.
https://www.youtube.com/watch?v=4c7y4ucRnUM
Llegó a 90.9, seguido por los estudiantes y escoltado por el Rector, su equipo de campaña y otras autoridades universitarias. A un paso de entrar a la cabina de 90.9, se dirigió a un miembro de su equipo y le preguntó: “¿Dónde hay un baño?”. Su escolta nos preguntó lo mismo y le respondimos que en el piso uno, porque en el dos, donde se encuentra 90.9, los baños estaban en remodelación. Pero, para llegar a ese baño, tenía que bajar por las escaleras que ya estaban tomadas por los estudiantes y no podía usar el elevador contiguo pues los responsables de su seguridad lo inhabilitaron. “¿Ni siquiera pueden ver si hay un baño?", fue lo único que Peña atinó a decir.
Volteó hacia la cabina A de 90.9 y preguntó: “¿Y esto qué es?”. “La entrevista que teníamos concertada, Señor”, le respondió el mismo miembro de su seguridad. Peña se dirigió al rector Morales Orozco y le dijo: “Ya les he dedicado mucho tiempo”. "Como quieras", le respondió el Rector. Y la multitud que lo envolvía guió al entonces precandidato hacia el baño del primer piso del edificio Q.
Pasaron los minutos y desde 90.9 seguíamos escuchando el barullo de la protesta que a ratos se elevaba.
Los conductores de 90.9 anunciaron al aire que el candidato estaba a punto de entrar y momentos después mencionaron que se había dado la vuelta y se había ido sin explicación.
En el estacionamiento, el Dr. Morales Orozco esperaba a Peña para despedirlo formalmente, sin embargo él, después de pasar al baño, no pudo usar las escaleras, pues había aumentado el número de jóvenes que le cuestionaban enojados su proceder en Atenco. Él sólo los miraba sorprendido, su equipo de seguridad no atinaba qué hacer.
Los organizadores del evento y la responsable del Servicio Médico de la Ibero lo resguardaron en un salón. Él preguntó a un miembro de su equipo: “¿Qué dicen?”, refiriéndose a los gritos de los jóvenes. “Que lo apoyan, Señor", fue la respuesta.
En 90.9 se informó a los conductores que Peña seguía en la Ibero, que después de usar el baño no había podido retirarse. Esto fue mencionado al aire y en ese momento, en las redes sociales, se difundió el rumor que Peña Nieto estaba encerrado en un baño de la Ibero y no lo dejaban salir.
La estancia de Peña Nieto en el piso 1 del edificio P fue de más de una hora, su personal de seguridad no dejaba ver una estrategia. Los organizadores del evento y la responsable del Servicio Médico de la Ibero lo resguardaron en un salón. Él preguntó a un miembro de su equipo: “¿Qué dicen?”, refiriéndose a los gritos de los jóvenes.“Que lo apoyan, Señor", fue la respuesta.
Finalmente, logró salir por el elevador, fue seguido hasta el estacionamiento, se despidió de todos con una sonrisa y un movimiento de mano, diciendo adiós.
Al día siguiente, los diarios a nivel nacional cabecearon: Éxito de Peña en la Ibero pese a intento orquestado de boicot. Los alumnos reaccionaron con un video: “131 Alumnos de la Ibero responden”
La entrevista a 90.9 no la dio Peña Nieto, pero sí Pedro Joaquín Coldwell, en ese momento Presidente del PRI, y Aurelio Nuño, coordinador de difusión de la campaña, ambos exalumnos de la Ibero. Lamentaron la actuación de los estudiantes y pidieron una sanción ejemplar.
Ahí no acabó la actuación de los estudiantes. Los medios de comunicación que cubrieron el hecho tuvieron mucho que ver en el aumento del descontento juvenil: en sus noticiarios y reportes informativos minimizaron la protesta, dijeron que quienes protestaron no formaban parte de la comunidad Ibero y que eran acarreados. Al día siguiente, los diarios a nivel nacional cabecearon: Éxito de Peña en la Ibero pese a intento orquestado de boicot.
Los alumnos reaccionaron con un video: “131 Alumnos de la Ibero responden”
https://www.youtube.com/watch?v=P7XbocXsFkI
Estos jóvenes, con la insolencia que les dio la edad, inspiraron a otros y así surgió el movimiento “Yo soy 132”.
Todo esto, a algunos nos enseñó que los jóvenes no siempre están en el campo de guerra, su naturaleza los lleva a elegir sus batallas y cuando seleccionan alguna se entregan totalmente, hasta que se hacen adultos y el propio sistema los succiona.