Por: Andrea Aspe

La hermosa Playa Bacocho en Puerto Escondido, Oaxaca, fue la sede ideal para la segunda edición del festival Down in Mexico. Del viernes 3 al domingo 5 de enero de 2020, más de mil personas se congregaron en el Club de Playa Villasol para disfrutar de una interesante propuesta musical en esta entrada a una nueva década, una celebración con sonidos latinos, afro-funk y electrónicos, con artistas y música que han marcado a diversas generaciones.

En un espacio bien distribuido dentro del club de playa, con diversas opciones para comer, beber y descansar, #DownInMexico ofreció selectores en la pool party y actos en vivo y DJ sets en el main stage ubicado a unos pasos del mar oaxaqueño. El clima, inmejorable, ayudó a hacer de este fin de semana uno de disfrute absoluto y relajación, una excelente manera de arrancar el año. Sabemos que la oferta de festivales y conciertos en nuestro país puede ser abrumadora, y habría quienes podrían preguntarse si es necesario un evento más en México, pero por las fechas, el lugar y la propuesta sonora, bienvenido sea el #DowninPuerto.

La curaduría musical arrancó el viernes en la pool party con Disgonauts, Trip Tease y Felipe From BK, quienes calentaron el ambiente conforme el público seguía llegando. La noche cayó y entonces los asistentes se movieron hacia el escenario principal en la playa, al son de los primeros sonidos de Paurro. Desde la parte de arriba del main stage, sus sonidos funk, techno y house conectaron en corto con la gente.

El live act de los británicos Franc Moody, lleno de disco funk con electrónica y un cálido toque humano, además de una bajista sobresaliente, fue el primer indicio de la gran fiesta que estaba por venir. Jeffrey Paradise, de Poolside, tomó las riendas de la música con su DJ set que, con su mood playero, cayó perfecto en los oídos de un público ávido de emociones. Hacia la madrugada Breakbot & Irfane relevaron al californiano con tonadas nuevas y otras ya viejas conocidas de los espectadores. Los mexicanos Zombies in Miami se encargaron de cerrar la velada con su techno rock directo desde Aguascalientes.

Para el sábado, la expectativa era alta. En la pool party, Ro Casarín, SnowCaveman, Soos y Moullinex hicieron lo suyo al ritmo de cientos de cuerpos dorados y bronceados. En el escenario principal, Ibrahim Ferrer Jr. cautivó al público con los sonidos de Buenavista Social Club. Al término de su show, nadie queríamos que se fueran. Lo intentamos al sonoro rugir del “otra, otra, otra…” pero bueno, todo lo que sube tiene que bajar. Un muy buen concierto, limpio, elegante y lleno de aquellos sonidos cubanos que han atrapado los oídos del mundo. Llegó entonces el turno para Orlando Julius & The Heliocentrics. Bandota. Afro-funk. Vientos perfectamente coordinados. Bajos profundos, guitarra perfectamente ecualizada y percusiones que te mueven por dentro. Negritud sonora en su mejor expresión. El señor Julius ya tiene 77 años, y le cuesta mucho el mantenerse todo el show de pie. Durante sus solos con saxofón, la banda incluso bajaba un poquito la intensidad para que se alcanzara a escuchar, y sus momentos al micrófono fueron contados. También, tuvo un par de momentos al teclado, dejándonos ver lo impresionante que debió haber sido experimentar su acto hace algunos años. No es queja, al contrario. Afortunados de aquellos que pudimos ver en vida al maestro y a su excelente banda.

Después, Crazy P tomó el escenario. Los de Inglaterra, protagonistas inesperados en Down in Mexico, están celebrando una trayectoria de 25 años. Chris Todd, James Baron, Tim Davies, Matt Klose y la voz de Danielle Moore hicieron memorable la entrada de este nuevo año con sonidos soul, disco y house que dominaron el escenario y la pista de baile. El lenguaje corporal de Moore refleja una templanza y un gran estilo que nos hace rememorar a Bowie o a Debbie Harry. Ella supo comunicarse perfectamente con la audiencia, con sensualidad y firmeza. Y es que así es la música de Crazy P, que generan esos pasos y actitud de manera natural. Una audiencia que se dejó llevar por la música para convertirse en un enorme conglomerado de jóvenes ultra sexies. Llegó el turno del viejo conocido en nuestro país Will Holland ala Quantic. Su live set, como siempre, fue cumplidor y dio en el clavo. Tuvimos la oportunidad de entrevistarlo el viernes, con su excelente español. Un artista que ama nuestro país y viene con el primer pretexto posible. Justin Strauss, Shubostar y Chez Damier llevaron la noche hasta las 9 de la mañana del domingo.

Para la tarde de la última jornada, destacó el live set sorpresa de Jeffrey de Poolside, quien tomó los controles de la música en la alberca para comenzar a despedirnos de un gran fin de semana. Este es un evento que te permite disfrutar de una experiencia más personal y menos caótica a diferencia de festivales más grandes. Tres días de música, playa, baile y comida. Ya veremos qué nos depara la edición número tres de Down in Mexico.