'Bring Backs', una cuestión de ismos y cismas
Ya nadie escucha
¿De qué estamos hablando?
Hemos estado aquí antes
¿Queremos más?
Pero si la mañana espera al sol
Bueno, cuando todo esté dicho y hecho,
¿nos convertiremos todos en uno?
Mira en lo que nos hemos convertido
¿Cuál es el punto de escribir palabras que nadie leerá? ¿Tiene sentido práctico plasmar el sentir en caracteres que no serán apreciados? ¿Por qué no simplemente guardamos silencio, dejamos de leer los sinsentidos de alguien motivado por un pocillo de té y nos ponemos en armonía con el lamento de una trompeta que externa el alma de su intérprete por única vez?
El sentir corresponde a Johnny Woodham, trompetista que acompaña a Alfa Mist, uno de los artistas revelación del jazz en Londres de los últimos años. Quien con su lanzamiento Bring Backs es el Extracto de la Semana por Ibero 90.9.
Sí, lo sé. La nueva camada del jazz inglés se ha cernido sobre nosotros de forma casi imperceptible para muchos, como un cobertor sobre un niño que descansa tras un ajetreado día de juego; pero donde Ezra Collective, The Comet is Coming, Nubiyan Twist y Sons of Kemet han ganado relevancia por su incorporación de sonidos africanos y una vitalidad que se contagia al escucha, Alfa Mist toma una ruta alterna para cautivar con su labor.
El oriundo de East Ham, en primer instancia encontró inspiración a través de artistas de hip hop como Otis Jackson Jr y James Dewitt Yancey; de los samples de jazz que estos incorporan él aprendería a replicar su complejidad armónica en un piano de forma autodidacta y obtendría con ello un entendimiento más arraigado del sonido, que le permite experimentar con él y expandirlo.
Tras tres álbumes de larga duración lanzados de forma propia, Bring Backs (2021) representa el debut de Alfa Mist en el sello ANTI de Los Ángeles pero, aún con la animosidad y calidez que caracteriza a la ciudad de la costa oeste, él decidió darle continuidad a su estilo más sombrío y acercado al hip hop y al spoken word.
Pero no se trata solo del aspecto lírico del álbum, que gira en su mayoría en torno a un poema que Hilary Thomas escribió y versa en temas como "Teki" o "Last Card (Bumper Cars)", sino a la conjunción sonora.
A diferencia de las agrupaciones que antes mencioné, acá no nos referimos a una grupo de artistas, no es un colectivo: Alfa Mist es un artista por sí mismo que toca el piano, el Rhodes y además canta, y —así como lo hicieron Ornette Coleman o Thelonious Monk en sus respectivas épocas e instrumentos— se hace acompañar de ciertos artistas de acuerdo a las necesidades del tema, ya sea solamente un chelo sonando como en "Once a Year" o la incorporación no solo de trompeta sino de clarinete, batería y guitarra a las notas del Rhodes de Mist en "Attune".
Podrá parecer que me contuve en esta ocasión más mi verborrea no es adecuada para poder apreciar la riqueza sonora que ofrece el oriundo de Londres, a quien no se debe confundir con un personaje salido de la pluma de Damien Chazelle, pues no se contenta con estar en un café ambientando la velada metropolitana a un grupo de personas, sino que garantiza que su sonido y su nombre no se quede solo en una marquesina sino en las cabezas y reproductores de aquellos que cruzan su camino con él.