Y por fin llegó la esperada fecha: 17 de agosto de 2019. Día 1 de la temporada de 5 shows que Björk anunció en el Parque Bicentenario en la Ciudad de México. Que si el boleto costaba 10 mil pesos, que si es injusto que la última fecha esté más barata, que si a la islandesa no le gusta que la gente saque el celular durante el show, que si se le vio a Björk paseando en la Roma. A Björk la puedes amar u odiar, pero nunca pasará inadvertida. Ya sea por su protagonismo o excentricidad, pero sobre todo, por la calidad musical y audiovisual de su show “Cornucopia” que hasta ahora sólo se había presentado en Nueva York.

Una carpa enorme fue instalada en medio de uno de los bonitos jardines del Parque Bicentenario. Y ahí adentro, entre andamios y sillas numeradas para los asistentes, montaron este escenario que tenía una especie de cortina transparente que funcionaba como un telón en el que también se proyectarían hermosas imágenes visuales. Mientras la gente se acomodaba en sus lugares, agradables sonidos de aves y naturaleza ambientaban espera.

Todo empezó un poquito después de las 20:00 de la noche, momento en el que salió al escenario el Staccato Coro de la UNAM para cantar "Otros Planos", pieza vocal que sirvió como introducción para que finalmente Björk apareciera junto con sus flautistas, arpista, percusionista y el encargado de los sonidos electrónicos.

Doce de las 14 canciones de su último disco Utopia fueron las que Björk interpretó de manera magistral con ayuda de un sonido 360 que envolvía al público y que creaba una atmósfera en la que reinaba la tan característica voz de la diva islandesa. De misma manera algunos clásicos, tales como "Isobel", "Pagan Poetry" y "Venus As a Boy" en una versión muy tranquila, fueron coreados y disfrutados por todos los asistentes que abarrotaron este show que fue sold out. Los impresionantes visuales eran coloridos y algunos ya conocidos previamente gracias a la sorprendente experiencia Björk Digital que se presentó hace un par de años en la Ciudad de México. También fue destacada y elegante la labor en varias canciones por los antes mencionados Staccato Coro de la UNAM que le sirvieron a Björk como gran instrumento vocal dentro de su recital.

Cerca del final del espectáculo multimedia, mientras Björk se cambiaba su vestuario tras bambalinas, en la pantalla apareció Greta Thunberg, una chica sueca de 16 años de edad que lucha por advertir sobre el cambio climático, en el que recitó un speech muy llegador sobre las consecuencias de los desastres ecológicos.

El show que Björk dio esta noche de agosto en la CDMX está en el top de espectáculos que existen actualmente dentro del mundo musical. Está en las grandes ligas, y no es algo que no supiéramos, pero visita tras visita a nuestro país, la islandesa de 53 años nos lo deja claro: