Música, jicaletas y nostalgia: Remind GNP 2024
Por: Romina Ramírez
¿Te has preguntado cuáles de tus canciones favoritas le gustarán a tus hijos? El sábado 25 de mayo se llevó a cabo la tercera edición del Festival Remind GNP, en el infield del Hipódromo de las Américas. Tal como el nombre del festival, fue un evento para recordar, completamente nostálgico y, por ende, familiar. Esto porque desde nuestra niñez e incluso cuando aún no tenemos conciencia, estamos rodeados de sonidos. Dejando de lado los que no podemos controlar como la música de la calle, los comerciales de la tele, o la estación de radio del Uber al que te subes; las primeras canciones que te aprendes son esas que escuchabas en repetición en el coche con tus papás o las que por tradición no pueden faltar en las comidas familiares, y te gusten o no, te sabes la letra al derecho y al revés
El festival tuvo todos los elementos de un sábado en familia, incluido un clima tan cambiante como los gustos musicales de tu familia: un calor intenso, seguido de una lluvia repentina y culminando con una fresca noche chilanga. La diversidad se reflejó desde la oferta gastronómica; con restaurantes familiares icónicos pensados para el padre nostálgico que desde hace mucho no ha podido hacer su parada obligada para comer cecina rumbo a Acapulco, pasando por mariscos y hasta churros. Para los más pequeños y monchosos había puestos de comida callejera como mangos enchilados, esquites y papas preparadas. Además, se instalaron dos estaciones de café donde se podía disfrutar desde un americano bien cargado hasta un matcha latte con leche de avena.
Exactamente en el centro del festival el ambiente familiar se hacía aún más evidente: rappel para los más pequeños, juegos dinámicos como futbolito, Jenga y Conecta Cuatro gigantes, maquinitas retro y una estación de karaoke, donde los más dolidos de la familia cantaban a todo pulmón "La gata bajo la lluvia", sin importar evidenciar la diferencia generacional. Tan familiar fue el festival que incluso apreciamos a las señoras robándose los centros de mesa que estaban colocados en el área de comida.
La selección de artistas y la música en general se encargaron de transportarnos a épocas pasadas. The Jacksons fueron los más esperados, incluso muchas personas del público venían vestidos con lentejuelas o con un guante al estilo Michael Jackson. También había muchos fans de UB40, y nadie se resistió a bailar escuchando al grupo cubano Buena Vista Social Club. Todo el festival se sintió como un gran picnic familiar, donde después de desconocerse hablando de política, con buena música y una cerveza bien fría todos vuelven a reconocerse de la misma sangre. Las abuelitas bailando con sus nietos, parejas enamoradas sacando los prohibidos, y amigos aplaudiendo y moviendo las caderas. El punto culminante de esta fusión de generaciones fue cuando Myst hizo cantar a todos con sus covers de artistas desde Luis Miguel hasta Dua Lipa, afirmando que hay ciertas canciones que son tan buenas que absolutamente todos en la familia se las saben, sin importar a la generación que pertenezcan.
Pero no fue sino hasta las 12:40 am cuando me di cuenta del impacto generacional de la música. Vi a un niño de más o menos 5 años cansado, sentado en el suelo, comiendo una jicaleta en el piso, mientras sus padres disfrutaban y bailaban una canción de The Jacksons. Me hizo pensar que, dentro de 15 años, este niño llegará a un bar donde estará de fondo "I Want You Back" y la cantará a todo pulmón, sin necesariamente recordar que años atrás, la escuchó en vivo una madrugada de 2024 en el Hipódromo de la CDMX. Y sus padres probablemente la escuchaban porque sus propios padres, los abuelos de este niño, la ponían en la radio mientras los llevaban a la escuela en los años 70.
La música per se es un tema nostálgico, tiene la magia de capturar momentos específicos en el tiempo y transportarnos de vuelta a ellos. En el Festival Remind GNP 2024, la combinación de la música y la familia demostró que la música es más que un eco del pasado; es un tatuaje sonoro en la memoria colectiva de una familia. La música no sólo se escucha, también se vive, se respira y se hereda.