'Rocket To Russia' de The Ramones
1977, el año en el que el punk reventó, dicen. Para los Ramones todo seguía siendo un ascenso hacia el éxito comercial, luego de estar tocando ya por tres años, y haber lanzado en enero de ese mismo año su segundo LP – Leave Home. En agosto, este cuarteto ya estaba listo para grabar lo que sería su tercer álbum, luego de terminar una gira por Europa entre abril y junio junto con los Talking Heads. En mayo también había salido el que sería el primer sencillo de este disco: “Sheena Is a Punk Rocker”, canción grabada en las sesiones del disco anterior.
Lo que separaba a este disco de sus dos predecesores era un definitivo regreso a la onda bubblegum del rock surf de los sesenta, sin dejar de lado los diferentes temas que caracterizaban a los Ramones: esa nostalgia por las películas de terror de antaño, personajes que podrían pertenecer a la mente de un Norman Rockwell (si éste hubiera inhalado los suficientes solventes), y algunos problemas mentales para aderezar todo.
Otro punto importante previo a la grabación del Rocket To Russia, y que llegaría al límite en 1978 era el desencanto de Tommy, el baterista. Este sería el primero de una serie de conflictos internos dentro de la banda, pero que sorprendentemente no terminaron con la banda. Después de la gira por Europa, la tensión entre el guitarrista Johnny y Tommy seguían escalando, hasta un punto en el que éste último no podía tolerarlo, pero tanto Joey (voces), como Dee Dee (bajo), lograron convencerlo de no abandonar la banda, al menos por unos cuantos meses más.
En la portada encontramos otra imagen icónica de los Ramones, que recuerda a la legendaria portada del primer disco, con los cuatro miembros parados frente a una pared de ladrillos, pero lo mejor del arte sin duda eran las diferentes caricaturas que adornaban los interiores y la contraportada. Dibujos realizados por John Holmstrom, editor de la revista Punk, ilustraban cada una de las canciones, y la contraportada muestra a la mascota de la banda montando un cohete dirigido hacia Rusia. La literalidad al servicio de la contracultura.
El disco abre con “Cretin Hop”, un claro ejemplo de lo que se mencionó antes acerca del bubblegum pop, un puente de dos versos y una suerte de coro que se repiten dos veces, y en menos de dos minutos ya estamos en la segunda canción, también segundo sencillo de este álbum. “Rockaway Beach” sólo fue el sencillo de mayores ventas de la banda, se convirtió en un himno para Queens luego de que el gobierno local buscara la reactivación turística de esa playa luego del paso del huracán Katrina en 2005. Una composición de Dee Dee que no puede negar la influencia de los Beach Boys, ni el amor de Dee Dee por la playa a pesar de las condiciones de Rockaway en esa época (en la que decía Johnny no se podía dar paso sin pisar una jeringa usada).
La siguiente canción es “Here Today, Gone Tomorrow”, en la que se deja un poco de lado la velocidad que ya los caracterizaba, para que Joey pudiera cantar acerca del dolor del corazón a sus anchas, admitiendo que la relación de la que se habla ha llegado a un punto en que es mejor separarse, pero de todos modos alguno de los involucrados va a pagar el precio por ello. No se dice quién, pero ahí está la sentencia. Lo que sigue está más a tono con lo que se podía esperar de los Ramones “I Don’t Care”, y tan no les importaba que sólo cambiaron tres palabras en la letra: de no importarles el mundo, pasaron a no interesarse por esa chica, y de ahí, por las palabras. Así, sin más, no me importa, no le importa.
La siguiente canción es “Sheena Is A Punk Rocker”, y en esta canción, Sheena, Queen Of The Jungle se convierte en la Reina de la jungla... de concreto... la heroína del punk. Y para cerrar el lado A del Rocket To Russia, tenemos el perfecto retrato de la familia ramonera perfecta: “We’re A Happy Family”, que hace un recuento de las fallas tan normales de una familia de Queens, hasta el consumo tan normal de antipsicóticos.
Abriendo el lado B, otro himno de la banda “Teenage Lobotomy”, que retrata los estragos de la sobreexposición al insecticida DDT, que lleva al protagonista a necesitar una lobotomía, y el dilema de cómo confesar que ya el personaje no tenía cerebelo. Por supuesto sin seguir ningún patrón, el siguiente tema es “Do You Wanna Dance?”, cover al sencillo de Bobby Fuller, lanzado en 1958, aunque resultaría difícil saber qué versión fue en la que se inspiraron los Ramones, pues muchas posibles influencias grabaron esta canción entre los sesenta y los setenta – como Del Shannon, los Beach Boys, Sonny y Cher, e incluso John Lennon.
La canción que sigue a “Do You Wanna Dance” rompe con otra temática esencial de los Ramones, muy evidente desde que hace ya unos años podemos ver gráficas en internet sobre lo que los Ramones NO querían hacer. En “I Wanna Be Well” nos dicen qué si quieren hacer, y las sustancias que necesitaban para estarlo. Todavía en esta época de su carrera, los Ramones hacían juegos con respecto a inhalar solventes, antes de pasar a las drogas duras como la harían unos años después con temas como “Chinese Rock”.
Después una otra suerte de declaración de amor, pero con un giro. “I Can’t Give You Anything”, y si quieres estar conmigo (dice el personaje), tienes que estar consciente que yo sólo tengo mi cara bonita. “Ramona” habla sobre los peligros latentes al llevar a una groupie a algún lado luego del show; uno nunca sabe cómo puede terminar una noche así.
Para darle más punch aún a este disco, los Ramones grabaron un clásico de los Trashmen – quizá la banda de surf más sucia de su época (que a su vez es una reversión de dos canciones de los Rivingtones). El resultado es una versión de “Surfin’ Bird” en la que Joey hace un trabajo vocal que se escucha todavía más psicótico que el del Trashman originalSteve Wahrer. Después de 29 minutos, llegamos a la última canción, “Why Is It Always This Way?”. Y al escuchar la letra de este tema, en la que un joven relata la historia de la última vez que vio a una chica con vida y preguntarse por qué siempre tiene que ser así, nos quedan más dudas que respuestas con respecto a lo que este personaje ha visto pasar.
Con esto cierra el tercer disco de los Ramones, un álbum que ya daba pie a un diferente acercamiento a la producción de la banda, pues después de grabar las baterías en este disco, Tommy se movió a la silla de productor para el siguiente disco (lugar que después sería ocupado por figuras como Phil Spector, Graham Gouldman y Bill Laswell, entre otros). Además de ser el primer disco en el que ya las presiones de ser un Ramone se veían en uno de los integrantes, y las relaciones internas de la banda comenzaban a verse más polarizadas. Al final, Johnny llegó a amenazar a Tommy, mientras que Dee Dee y Joey llegaron a un punto en que lo ignoraban. Y a pesar de todo esto, los Ramones siguieron trabajando como una banda casi 20 años después, con algunos cambios en la alineación, pero siempre con Joey y Johnny fungiendo como una suerte de yin y yang del punk.