¿Quién mató a Laura Palmer? A 30 años de Twin Peaks, la serie que cambió la TV para siempre
En abril de 1990, se estrenó de manera oficial para Estados Unidos una propuesta un tanto caprichosa, experimental y completamente auténtica que cambiaría irreversiblemente el canon de los thriller en la televisión y misterios policíacos. Fue Tracy MacLeod, presentadora de programas de arte de la BBC, quien ese mismo año dedicó las siguientes palabras al trabajo conjunto de David Lynch y Mark Frost:
“La televisión de cadena americana ha sido antaño conocida por ser el hogar de lo soso, cauteloso y predecible. Así que fue con algo ‘de miedo’ que el canal ABC recientemente distribuyó una serie que no es ninguna de esas cosas. Twin Peaks (...) ya ha sido descrita como la serie que cambiará a la televisión”.
En el Festival de Cine de Telluride en el año de 1989, la revista de arte británica Connoisseur publicó en su portada a Twin Peaks con la frase “la serie que cambiará la televisión para siempre”. A ese sentimiento se le unió el periodista Tom Shales, quien escribió en el Washington Post: “Twin Peaks no es solo una visita a otra ciudad, es una visita a otro planeta”.
Pero hay que juzgarlo por uno mismo, sin hundirse más de lo necesario en el interminable espiral de halagos que esta producción ha recibido a través de los años y a través de los cuales se ha ganado un asiento permanente en el corredor de los hitos de la cultura pop contemporánea.
Los títulos de inicio en su icónica tipografía verde, acompañados del paisaje de este pequeño poblado; el zorzal pinto (una especie de pájaro presente en territorio Norteamericano), el humeante aserradero con su maquinaria automatizada y la constante caída de la cascada en Snoqualmie Falls, —locación en donde se filmó—, son elementos suficientes para suspender la noción de realidad de cualquier espectador.
Aunado a ello, destaca la participación de Kyle MacLachlan, renombrado actor fetiche de Lynch —protagonista de la instalación de Dune (1984) y Blue Velvet (1986)—, como un excéntrico y carismático detective de métodos alternativos y mucho gusto por el pay de cereza. Sin embargo, es el acertijo de un brutal asesinato el que nos revela el peligro y tragedia que se oculta detrás de cada pequeño poblado pintoresco.
Rápidamente, las diversas temáticas que se entrelazan en los secretos de la narrativa de Twin Peaks, en conjunto con una serie de simbolismos de significados turbios y, quizá, irresolubles, nos toman por sorpresa y nos llenan de intriga. La pregunta sobre la identidad del asesino de Laura Palmer, la cual se presenta como el enredo principal de la serie, se volvió una búsqueda casi obsesiva entre los televidentes de todo un país y más allá de sus fronteras.
La excepcional mezcla del estilo cinematográfico de David Lynch, entremezclado con los personajes de Mark Frost y sus narrativas oníricas adaptadas para el formato de la novela, fueron un éxito rotundo en un público que se extendió mucho más allá de los 900 mil suscriptores que tenía ABC en ese entonces. En 1992, Tokio presenció la reunión de cientos de fans para la organización de un funeral para Laura, además de una serie de pequeños comerciales para Georgia Coffee que solo fueron distribuidos en televisión japonesa. Otras tantas referencias al programa fueron célebremente hechas en Los Simpsons, Clueless, Saturday Night Live, Fresh Prince of Bel Air e inclusive Gravity Falls.
En fin, se podría decir que lo que hizo de esta historia un acontecimiento tan singular fue que, a la fecha, existen más dudas que respuestas en torno al caso de Laura Palmer. Tal fue el acertijo que nos dejaron Frost y Lynch al subvertir todas las normas de su género narrativo que convirtieron a Twin Peaks en una búsqueda de respuestas casi espiritual, con un camino pavimentado por personajes extravagantes, sueños y alucinaciones, un diseño de vestuario distintivo, una estética inconfundible y un soundtrack emblemático. El trabajo musical del compositor Angelo Badalamenti, en conjunto con la voz de Julee Cruise, sin duda hacen la experiencia aún más inmersiva.
Eso no significa que la última instalación que tuvo la serie en 2017, con Twin Peaks: The Return se haya encontrado falta de números musicales de primer nivel. La tercera y última temporada de la serie tuvo invitados como Nine Inch Nails, The Veil y Chromatics, entre otras bandas, quienes acompañaban los créditos, o bien, creaban una especie de entremés musical en “The Roadhouse”, el emblemático y, tristemente, ficticio bar del poblado de Twin Peaks.
En la actualidad existen un sin fin de producciones que, si bien mantienen un valor propio, son una extensión inconfundible de la herencia de Twin Peaks y le hacen homenaje a través de sus propuestas. A 30 años del estreno de esta serie, es acertado decir que casi cualquier historia centrada en el “pueblo pequeño con algún secreto criminal escondido” es un guiño al padre de esta nueva fórmula. The X Files es uno de aquellos programas que, además de compartir al actor David Duchovny, siguen los pasos de Twin Peaks en su estilización del enigma detectivesco, entremezclado con ocurrencias sugerentes, inexplicables y, a ratos, oníricas. Otros como Hannibal, True Detective, Riverdale e incluso Desperate Housewives también siguen narrativas precisas en su tratamiento de la muerte en los suburbios, los secretos en petit comité y el decaimiento social estadounidense.
Al final, son infinitos los datos curiosos, actores notables, precuelas, cameos y temáticas que pueden discutirse al infinito sobre la imprescindible creación de Lynch. Lo cierto es que el trabajo artístico en su conjunto que nos legó este regalo noventero, seguirá pasando a la historia como una importante insignia de inspiración y asombro.