Flotando y fluyendo con The Blaze en el Festival Ceremonia
Fotos: Victor Lara
Para la portada de su más reciente álbum, JUNGLE, The Blaze tomó una imagen de la Ciudad de México fotografiada por Pablo López Luz en el 2006. El domingo 2 de abril, las canciones del disco llegaron a lo que ahora puede ser llamado su hogar simbólico.
El dúo francés anunció su llegada al festival Axe Ceremonia con destellos parpadeantes en el escenario GPI. De entre la oscuridad, surgieron Guillaume y Jonathan Alric, un par de siluetas sin rostro, pero definitivamente no anónimas.
Desde la primera canción, “HAZE”, el público comenzó a menearse de un lado al otro, sintiendo la música y fluyendo con ligereza al ritmo que dictaban los primos Alric. No hubo ni un instante de quietud ni silencio, entre cada canción la noche se inundaba de gritos, palmas y silbidos emocionados por seguir bailando.
De entre el mar de manos alzadas subiendo y bajando al ritmo de la música, y los celulares capturando videos inestables por los brazos danzantes que los sostenían, la pantalla y las luces del escenario se encargaron de transportar a la audiencia. Primero, un automóvil en medio de un campo; luego, una ciudad de altos edificios atrapando el cielo; de pronto, un mar profundo y sereno.
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Además de presumir los temas de su más reciente material de larga duración, lanzado apenas el 10 de marzo, The Blaze revisitó sus álbumes anteriores con canciones como “HEAVEN” y “SHE”, de su disco DANCEHALL, al igual que “Virile” y “Territory”, de su EP del 2017.
Con voces profundas, lejanas e hipnóticas, y beats que hacían vibrar el cuerpo entero, la presentación de The Blaze se sintió suavecita y liberadora, perfecta para dejarse llevar y flotar un rato bajo el cielo nublado de la Ciudad de México.